FÁBULA: EL LEÓN Y EL RATÓN
En una región de altas
montañas vivía un león pardo. Tenía su cueva bien adentro de una fría montaña.
Esa cueva era como una abrigada cabaña, en la que varios ratones se refugiaban
y le hacían compañía.
Pero un día se metieron tantos ratones y armaron tal ruído que
terminaron por despertar al león, que dormía profundamente su siesta. Este,
furioso, cazó a uno de un zarpazo y lo quiso matar en el acto. Entonces el ratón, lleno de
miedo, comenzó a decir:
“Señor
no me mate, que yo soy tan pequeno que se va a quedar con hambre. ¿Qué valor tiene para el león, el rey de la selva, el
noble, el poderoso, matar a un ratoncito pobre y rotoso? Además, no es un gran
triunfo, ni nada hermoso, porque para usted vencer a un ratón es más bien algo
vergonzoso. Vencer a um igual no está mal, pero hacerlo con alguien tan pequeno
y desvalido como yo, es pura maldad.
El
león, después de escucharlo, quedó maravillado por las razones que el ratoncito
le había expresado y lo solto. Luego, este le dio las gracias y le dijo que
desde ese momento él se ponía a sus órdenes para lo que pudiera necesitar.
El
ratón, contento, volvió a su cueva y el león se fue a cazar.
Al
poco tiempo, el león, andando por el bosque, tropezó y se cayó en un pozo. Sin
darse cuenta había caído en una trampa de redes que no podía cortar. Comenzó a
quejarse rugiendo de miedo y de tristeza y el ratoncito lo oyó. Entonces fue al
bosque y allí encontro al león, desesperado adentro de la red. El ratoncito lo
miró y le dijo:
“Señor,
yo tengo un buen cuchillo; con estos dientes chiquitos filosos roeré poco a
poco y donde están sus manos haré un hueco. Por allí podrá sacar sus brazos
fuertes y romper la red. Gracias a mis pequeños dientes podrá escapar. Porque
mi vida perdonó ahora podrá vivir.”
Desde ese día el león supo que a un animal, por más pequeno que sea, no se lo puede depreciar y que su ayuda puede ser muy grande en un momento de necesidad.
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Adaptado de El libro de buen amor. En C.
Dámaso Martinez et alii, Leer más, 6, Buenos Aires, Estrada, 1999.
Tejiendo la comprensión
01.
Las
fábulas son historias cuyos personajes en general son animales que presentan
algunas características humanas. Contesta a las preguntas:
a.
¿Quiénes
son los personajes de la fábula que acabas de leer? ¿Qué tienen en común?
El león y el ratón. Son animales.
b.
Escribe
las expresiones que el ratón utiliza para caracterizar:
·
al
león: “El rey de la selva”, “el noble”, “el poderoso”, “sus
brazos fuertes”.
·
a
sí mismo: “Tan pequeno”, “un ratoncito pobre y rotoso”,
“tan pequeno y desvalido”, “estos dientes chiquitos y filosos”,”mis pequeños
dientes”.
c.
¿Qué
características humanas presentan estos personajes?
Son inteligentes, aprecian la argumentación, también tienen respeto
y gratitud.
d.
¿Dónde
pasa la historia?
En una región montañosa y fría.
02.
Las
fábulas suelen terminar con una moraleja, que es una lección provechosa que se
extrae del texto. Contesta:
a.
¿Cuál
es la moraleja del texto que acabas de leer?
Que no se puede despreciar ni siquiera al más pequeno de los seres,
pues su ayuda puede ser muy importante en un momento de dificultad.
b.
¿Estás
de acuerdo? Justifica tu respuesta.
Respuesta personal.
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